Todos y todas

13 Dic

Si bien decir determinadas palabras, escuchar determinadas canciones y leer determinadas obras literarias no obligan de por si a una persona a adquirir una ideología determinada, sí es cierto que hacer determinadas cosas de forma inconsciente puede ejercer una influencia perniciosa en nuestras actitudes. Frecuentemente, los prejuicios son cosas sobre las que no hemos reflexionado de forma profunda y detenida, en muchas ocasiones porque no estamos dispuestos a escuchar a la otra parte, en otras porque no hay otra parte, y nos vemos rodeados de un pensamiento único.

Se ha hablado mucho del sexismo en el lenguaje. Es cierto que siempre que haya hombres y mujeres en un mismo lugar y se utilice un masculino plural, se produce una discriminación, pero tampoco se puede criminalizar este uso.

Me explico. La inmensa mayoría usa uno u otro género para referirse a un auditorio de ambos géneros. Que yo sepa, la amplia mayoría no guarda una intención discriminadora cuando hace esto. Es una cuestión de actitudes en el habla.

A veces en la lengua escrita se usa la arroba, o la x para incluir ambos sexos y economizar. Todos conocemos la clásica barra diagonal. Considero que estas prácticas dificultan la lectura, y que hábitos como decir todos y todas los compañeros y compañeras hacen que sea farragoso hablar con un grupo de gente.

Así que os propongo algo que oí una vez. Cuando usemos el masculino plural sobreentendamos que nos referimos a nosotros como seres humanos, y cuando usemos el femenino plural, a  nosotras como personas.  Con esa actitud, nadie presupondrá la discriminación sexual en el lenguaje, y nos permitirá usar ambos géneros de manera indistinta.

No se a quién se le ocurrió esta estupenda idea. Sin embargo, como considero que las ideas, al igual que otras cosas, no deberían ser propiedad de nadie, sino que deberían compartirse, la comparto con vosotras para que la valoréis y la utilicéis si es vuestro deseo.

Una respuesta to “Todos y todas”

  1. Elena diciembre 14, 2012 a 8:41 am #

    La solución «x» o «@» es tan artificial que ni en papel llega a sonar natural. Es una soberana estupidez, una quimera.

    ‎‎El uso de «todas» se propuso allá hace un año y medio en la acampada del 15M, pero nunca caló en mi, la verdad. Cuando alguien usa «todas» siento envidia, vergüenza ajena, rabia y desconcierto. ¿Sólo por eso soy menos feministas? No he ‎‎abandonado mi lucha diaria. No me he doblegado ante los académicos dinosaurios. La opción de «todas» es bastante artificial, desde mi punto de vista. Yo me siento incluida en «todas», y en «todos» también, dependiendo del interlocutor. Pero me siento mejor cuando se dice la opción que incluye a ambos, todos y todas. Sí, puede ser pesado, pero el lenguaje es rico, y hay muchas formas de evitar estar diciendo ambas formas, si ese es el problema.

    Un abrazo, persona guapa.

    Elena.

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