¿Liderazgo?

30 Dic

Cuando se habla de la ideología libertaria, es difícil abordar el tema del liderazgo. En algunas ocasiones se parte de la base de que el liderazgo consiste en el poder de una persona que asume la autoridad y decide por un grupo. En mi opinión esta es una postura equivocada, una postura que hace confundir el liderazgo con la autoridad, conceptos que pueden ir ligados, pero no necesariamente.

En un grupo de personas, el liderazgo realiza la función de coordinación y dirección, pudiendo ser asumida ésta por una o varias personas. El liderazgo se puede realizar de varias maneras. Dentro de lo que yo he estudiado, he conocido el liderazgo autoritario, el democrático y el permisivo.

En el liderazgo autoritario, el líder acapara las decisiones del grupo y no informa a este del proceso, ya sea por potenciar el beneficio propio o por tener una postura paternalista, en la que se busca ayudar a los demás sin hacerlos partícipes de las decisiones. En el liderazgo democrático, el líder trata de estimular la participación del grupo, informando del proceso a todos, y facilitando que sea el grupo en consenso, y no su propia figura la que tome las decisiones. En el último liderazgo, el permisivo, el líder no trata de acaparar el poder sobre sí, ni estimula la participación del grupo; con este tipo de liderazgo, un grupo no suele ir hacia ningún lado.

Aunque esa es la versión de manual, me gustaría hacer tres valoraciones:

  1. La palabra liderazgo es sólo una palabra. Para algunas, esta palabra tiene connotaciones negativas. Lo que subyace en el fondo es entender que todo grupo necesita resolver la necesidad de coordinarse y dirigirse hacia algún lado. El comunismo libertario es una forma de organización, y como tal tiene que coordinarse para afrontar sus luchas. El nombre que utilicemos para denominar esta función es indiferente, siempre que se entienda esta necesidad.
  2. En los manuales aparece el término liderazgo democrático. Se podría entrar en un profundo debate acerca de qué es exactamente la democracia y si las formas básicas de democracia coinciden con la teoría y la práctica libertaria. Basándome en la experiencia, y en que los sistemas democráticos han demostrado poder convivir con aparatos represores como la policía y el ejército, y estructuras verticales, mi propuesta es que se entienda el liderazgo que promueve el consenso y la participación de todos como liderazgo libertario, puesto que es una práctica que facilita y promueve la autonomía individual y grupal, así como las relaciones horizontales.
  3. Quedarse en la definición simplemente, sin embargo, es quedarse corto. El fin del comunismo libertario no es que tengamos que depender de líderes, como figuras de autoridad. Aspiramos a un mundo libre, por lo que siempre tenemos que promover nuestra propia autonomía y la de los demás y no seguir ciegamente a figuras en las que confiamos.

Por último, me gustaría remarcar que el liderazgo existe, nos guste o no. Cualquiera puede observar cualquier grupo y darse cuenta que hay personas que tiran más del grupo que otras. Pienso que negar este fenómeno conlleva el riesgo de caer en liderazgos que no somos capaces de ver, precisamente por negarlo. Como siempre, hay que ser críticos, y percibir con claridad el mundo que nos rodea.

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